Por otro lado, el mundo del trabajo en los últimos cuarenta años no ha hecho más que degradarse. Primero poco a poco, y finalmente, en las últimas dos décadas, de manera inequívocamente acelerada. La existencia de un sindicalismo mayoritario, innegablemente hegemónico, no ha podido evitarlo: miles de Comités de Empresa y miles de delegados y delegadas de personal sólo han servido para facilitar el paso a las Empresas de Trabajo Temporal, a los Convenios cada vez peores, a la temporalidad fraudulenta… en definitiva, a convertir el mundo del trabajo en un mercado donde los trabajadores y trabajadoras somos mercancía cada vez más barata. El modelo de Sindicalismo practicado por los Sindicatos mayoritarios ha terminado por convertir a éstos últimos en grandes gestoras burocráticas. Y cuando gobierno y patronal se cansaron de pactar la paz social… ya no había fuerza que hacer valer.
Por este motivo la CNT pone en práctica su propio modelo sindical, que ante la parálisis de los sindicatos mayoritarios propone el dinamismo de las Secciones Sindicales. Un modelo pensado para ser protector de la afiliación, en lugar de creador de privilegiados, promotor de la participación y la movilización, en lugar de apagafuegos en caso de conflicto, un modelo donde los trabajadores y trabajadoras deciden, en lugar de ser meros receptores de los caprichos de la patronal.
La CNT no se presenta a las Elecciones Sindicales, por ser un modelo que ha contribuido a desorganizar y debilitar a los trabajadores y trabajadoras y porque para hacer Sindicalismo de verdad, no es necesario. Llevamos nuestro modelo organizativo al interior de las empresas, allí donde tenemos afiliación. Y así la CNT, defiende puestos de trabajo, gana Huelgas, y paraliza ERE’s. Y esta otra forma de hacer sindicalismo está en constante evolución gracias al esfuerzo cotidiano de las mujeres y los hombres de la CNT, haciendo de nuestro modelo sindical, el anarcosindicalismo, una propuesta práctica, horizontal y eficaz.